-Autor/a: Shirley Jackson
-Posfacio de Joyce Carol Oates
-Traductor/a: Paula Kuffer
-ISBN: 978-84-95587-89-3
-Primera edición: 2012
-Páginas: 222
-Rústica 14 x 21 cm
-Precio con IVA: 18,50 euros
«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.»
Con estas palabras se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque algo ocurrió, allí mismo, en el comedor, seis años atrás.
Hola Soñadores^^
Hoy os traigo la reseña de un libro al que tenía unas ganas enormes. Hace años descubrí a Shirley Jackson con uno de sus libros: La maldición de Hill House. Seguro que os suena ya que este pasado Octubre se estrenó en Netflix una adaptación de la novela, una muy buena, todo hay que decirlo, pero libre ya que no tiene nada que ver con la historia del libro. La novela me gustó mucho y me decidí a seguir leyendo más libros de la autora. Por unas cosas y por otras, no ha sido hasta este Diciembre que me he puesto con otro libro suyo: Siempre hemos vivido en el castillo. Había oido hablar mucho de él pero nunca he querido saber de qué trataba. He leído de todo, sobre todo mucha gente esperaba otra clase de libro, por ello, he querido saber lo menos posible de la historia. ¿Me habrá gustado? Sigue leyendo.
“–¿Qué lees, querida? Qué bonita imagen, la de una mujer con un libro.
–Estoy leyendo El arte de cocinar, tío Julián.
–Excelente.”
Hablar de este libro sin desvelar nada es muy difícil, por ello voy a intentar contaros algunas cosas de la novela sin destripar nada importante o relevante. Lo primero que quiero comentar es que no es una lectura para todo el mundo. Está clasificada como Terror y por eso mucha gente se puede sentir confundida o decepcionada cuando, al leer esta novela, no se encuentran el terror que habían previsto. En el terror no solo cuentan los sustos, los fantasmas o los monstruos, entran en juego muchos otros factores con la ambientación, la historia y los personajes y en Siempre hemos vivido en el castillo tenemos mucho de eso pero muy poco del terror convencional y comercial. Por ello estamos ante una joya del género.
“Merricat, dijo Connie, ¿una taza de té querrás?
Oh, no, dijo Merricat, me envenenarás.
Merricat, dijo Connie, ¿quieres ir a dormir?
¡Bajo tierra te vas a pudrir!”
La historia está narrada por Merricat, una chica de 18 años que vive en un pueblo, en la casa más apartada del lugar, con su hermana Constance y su tío Julian. Nada más empezar, sabemos que Mary tiene que ir al pueblo dos dias a la semana para hacer la compra y que es algo que no soporta hacer ya que todo el pueblo la odia a ella y a su familia por lo que describe el recorrido como un infierno. Poco a poco nos damos cuenta de que algo va mal, muy mal. Constance no quiere salir de la casa, nunca, y Julian no para de decir que quiere escribir sobre «lo que sucedió aquel día.» Enseguida caemos en que algo raro hay en esa familia. ¿Por qué no sale Constance de casa? ¿Qué pasó aquel día? Y lo más importante…¿Dónde está el resto de la familia?
Nos encontramos ante un libro que funciona debido a la increible pluma de la autora, por su inquietante y perturbadora ambientación y por esos personajes tan inquietantes como son el trío protagonista: Julian, Constance y Mary. Aparecen otros personajes como vecinos del pueblo y el primo de la familia, Charles, los cuales se verán involucrados con la familia Blackwood de una manera excepcional. Es cierto que no hay sustos ni grandes giros argumentales y lo mejor de todo es que la novela no los necesita. La forma en que está escrita encandila al lector/a y lo atrapa hasta el final en sus redes. Una historia compleja, oscura, tenebrosa , perturbadora e inquietante que no va a dejar indiferente a nadie.
En la edición que tengo yo de Minúscula, al acabar el libro nos encontramos con con un Posfacio de Joyce Carol Oates: novelista, cuentista, autora teatral, editora, y crítica estadounidense. Y es maravilloso, completamente necesario ya que te explica detalladamente muchas cosas de la novela que al lector/a se le han podido pasar por alto, como la simbología (hay muchísima, por ejemplo, la importancia de la comida) Y me ha gustado mucho como los miedos y los sentimientos de la autora se reflejan tanto en la novela y en sus personajes, es muy angustioso y escalofriante.
-Prácticamente todo: personajes, ambientación, narración, historia, simbolismos…
-El Posfacio escrito por Joyce Carol Oates, muy bueno y detallado.
-Gran construcción de un terror doméstico totalmente inquietante.
-No es un libro para todo el mundo.
-Quien busque un libro de terror con sustos, no lo va a encontrar aquí.
-Hay partes que se hacen un poco cuesta arriba.
En definitiva, Shirley Jackson me ha vuelto a conquistar y Siempre hemos vivido en el castillo ha sido una novela que me ha encantado y que se va a quedar conmigo mucho tiempo. Me ha gustado más incluso que La maldición de Hill House.
Un comentario en “RESEÑA: Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson”